¿Qué fue la inmigración italiana en Argentina?

La inmigración italiana en Argentina fue un fenómeno histórico que se produjo entre fines del siglo XIX y mediados del siglo XX, y que consistió en la llegada masiva de millones de personas provenientes de Italia al territorio argentino. Esta inmigración tuvo un impacto profundo y duradero en la conformación de la población, la economía, la cultura y la identidad de Argentina, así como en las relaciones entre ambos países. Por eso, es importante conocer la historia, las causas, las características y los aportes de los inmigrantes italianos y sus descendientes, que hoy representan una de las colectividades más numerosas y reconocidas del país.

Causas de la emigración italiana: ¿Qué factores impulsaron a millones de italianos a dejar su patria?

La emigración italiana fue el resultado de una serie de factores que afectaron a Italia durante el siglo XIX y principios del XX, y que generaron una situación de crisis y descontento entre sus habitantes. Algunos de estos factores fueron:

  • La unificación de Italia en 1861, que supuso el fin de los antiguos estados y el surgimiento de un nuevo estado nacional, pero que también trajo consigo problemas políticos, administrativos, fiscales y militares, así como una fuerte oposición de algunos sectores sociales y regionales.
  • La sobrepoblación y el estancamiento económico, especialmente en el sur y el centro de Italia, donde predominaba una agricultura atrasada y dependiente de los latifundios, que no podía sostener el crecimiento demográfico ni ofrecer oportunidades de trabajo y progreso a los campesinos.
  • La pobreza y la desigualdad social, que se traducían en bajos salarios, altos impuestos, falta de educación, salud e infraestructura, así como en una escasa participación política y ciudadana de las clases populares.
  • Las catástrofes naturales y las epidemias, que azotaron periódicamente a Italia y provocaron hambrunas, enfermedades y muertes entre la población.
  • Las guerras y los conflictos internacionales, que implicaron el reclutamiento forzoso de miles de jóvenes italianos para combatir en África, los Balcanes y la Primera Guerra Mundial, con un alto costo humano y material.

Ante este panorama desolador, muchos italianos decidieron emprender el camino de la emigración, buscando un destino mejor en otros países del mundo, especialmente en América. Entre ellos, Argentina se destacó como uno de los principales receptores de la inmigración italiana, debido a varios factores que lo hacían atractivo para los emigrantes:

  • La oferta laboral y la demanda demográfica, ya que Argentina necesitaba mano de obra para desarrollar su economía agroexportadora y poblar su extenso territorio.
  • La política migratoria y la legislación favorable, que facilitaban la entrada y el asentamiento de los inmigrantes, otorgándoles derechos civiles y políticos, así como incentivos económicos.
  • La cercanía cultural y la solidaridad étnica, que hacían que los italianos se sintieran más cómodos e integrados en Argentina, donde ya existía una numerosa comunidad italiana que les brindaba apoyo y asistencia.
  • La expectativa de retorno, que motivaba a muchos italianos a emigrar temporalmente a Argentina con el objetivo de ahorrar dinero y volver a su país con una mejor situación económica.

desde dónde llegaron los italianos a Argentina

¿Cuándo y desde dónde llegaron los italianos a Argentina?

La inmigración italiana en Argentina se puede dividir en dos grandes períodos: el primero, que abarca desde 1870 hasta 1914, y el segundo, que va desde 1919 hasta 1945. En cada uno de estos períodos se observan distintas características en cuanto al volumen, la composición y la procedencia de los inmigrantes italianos.

Período Años Número de inmigrantes italianos Porcentaje sobre el total de inmigrantes Regiones de origen
Primero 1870-1914 2.970.000 44,9% Norte (Piamonte, Lombardía, Véneto, Liguria, Emilia-Romaña) y Sur (Campania, Calabria, Sicilia, Basilicata)
Segundo 1919-1945 950.000 22,6% Sur (Campania, Calabria, Sicilia, Basilicata) y Centro (Lacio, Toscana, Las Marcas, Umbría)

Como se puede apreciar en la tabla, el primer período fue el más intenso y masivo de la inmigración italiana en Argentina, ya que llegaron casi tres millones de italianos, que representaron casi la mitad del total de los inmigrantes que ingresaron al país en ese lapso. En este período predominaron los inmigrantes del norte y del sur de Italia, que tenían diferencias culturales, lingüísticas y sociales entre sí. Los del norte eran mayoritariamente campesinos y artesanos, que hablaban dialectos como el piamontés, el lombardo o el véneto, y que se caracterizaban por su espíritu emprendedor y su adaptabilidad. Los del sur eran principalmente jornaleros y pequeños propietarios rurales, que hablaban dialectos como el napolitano, el calabrés o el siciliano, y que se distinguían por su sentido de la familia y su religiosidad.

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El segundo período fue menos numeroso y diverso que el primero, ya que llegaron menos de un millón de italianos, que representaron poco más de una quinta parte del total de los inmigrantes que arribaron al país en ese lapso. En este período predominaron los inmigrantes del sur y del centro de Italia, que tenían similitudes culturales, lingüísticas y sociales entre sí. Los del sur eran en su mayoría trabajadores rurales y urbanos, que hablaban dialectos meridionales o el italiano estándar, y que se caracterizaban por su apego a sus tradiciones y su identidad regional. Los del centro eran principalmente profesionales e intelectuales, que hablaban el italiano estándar o dialectos centrales como el romano o el toscano, y que se distinguían por su nivel educativo y su participación política.

Puertos y medios de transporte

Puertos y medios de transporte de los inmigrantes italianos

El viaje de los italianos desde su país natal hasta Argentina era una aventura larga, costosa y peligrosa, que implicaba varios medios de transporte y etapas. La mayoría de los emigrantes partían desde sus pueblos o ciudades hacia los principales puertos italianos, como Génova, Nápoles o Palermo, donde embarcaban en los vapores o barcos de vapor que los llevarían a América. Estos barcos eran propiedad de compañías navieras, como la Navigazione Generale Italiana, la Società di Navigazione a Vapore Italia o la Lloyd Sabaudo, que competían por ofrecer pasajes más baratos y mejores servicios a los emigrantes.

Sin embargo, las condiciones de vida a bordo de los barcos eran muy precarias y difíciles para los emigrantes, que viajaban en la tercera clase o entrepuente, donde debían soportar el hacinamiento, la falta de higiene, la mala alimentación, el calor, el frío, el mareo y las enfermedades. Además, los emigrantes estaban expuestos a los abusos y las estafas de los intermediarios, los agentes, los capitanes y la tripulación, que les cobraban comisiones excesivas, les robaban sus pertenencias o les vendían productos defectuosos. También corrían el riesgo de sufrir naufragios, incendios, tormentas o ataques de piratas en el mar.

El viaje duraba entre 15 y 40 días, dependiendo de la ruta y las escalas que hacía el barco. Algunas de las escalas más frecuentes eran Barcelona, Marsella, Río de Janeiro o Montevideo. Finalmente, los emigrantes llegaban al puerto de Buenos Aires, que era el principal destino y punto de entrada de los inmigrantes italianos en Argentina. Allí debían pasar por un control sanitario y migratorio en la Isla de los Inmigrantes o en el Hotel de Inmigrantes, donde se les revisaba su salud, se les registraba su identidad y se les asignaba un alojamiento temporal. Luego podían optar por quedarse en Buenos Aires o trasladarse a otras provincias del país, donde había otras ciudades y puertos que también recibieron una importante cantidad de inmigrantes italianos, como Rosario, Córdoba, Mendoza o Bahía Blanca.

Dónde se establecieron los italianos en Argentina

¿Dónde se establecieron los italianos en Argentina?

Los inmigrantes italianos se establecieron en diferentes zonas del país, según las oportunidades laborales y las redes sociales que encontraron. Sin embargo, se puede afirmar que hubo una mayor concentración de italianos en las áreas urbanas que en las rurales, y en la región pampeana que en las demás regiones del país. Dentro de estas zonas se pueden distinguir dos tipos de asentamiento: el disperso y el agrupado.

El asentamiento disperso se dio principalmente en las zonas rurales del interior del país, donde los italianos se dedicaron a la agricultura y la ganadería. Allí se integraron con la población criolla y adoptaron sus costumbres y modos de vida. Algunos ejemplos de este tipo de asentamiento son las colonias agrícolas fundadas por italianos en Santa Fe, Entre Ríos o Córdoba.

El asentamiento agrupado se dio principalmente en las zonas urbanas del litoral del país, donde los italianos se dedicaron al comercio, la industria y los servicios. Allí formaron barrios étnicos y mantuvieron su identidad y cultura propias. Algunos ejemplos de este tipo de asentamiento son los barrios porteños habitados por italianos como La Boca, San Telmo o Palermo.

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La presencia italiana se hizo notar en todas las zonas del país donde se asentaron, pero especialmente en la ciudad de Buenos Aires, que fue el principal centro de atracción y difusión de la cultura italiana en Argentina. Allí los italianos contribuyeron al desarrollo económico, social y cultural de la capital, dejando su huella en la arquitectura, el urbanismo, el arte, la gastronomía, el deporte, el periodismo, la política y la vida cotidiana de los porteños.

Cómo fue el proceso de inserción

¿Cómo fue el proceso de inserción de los italianos en la sociedad argentina?

Los inmigrantes italianos se integraron y adaptaron a la sociedad argentina de manera gradual y diversa, según sus condiciones personales, familiares y laborales, así como según el contexto histórico y social en el que vivieron. En general, se puede decir que los italianos tuvieron un proceso de integración exitoso, ya que lograron mejorar su situación económica, social y cultural, y participar activamente en la vida pública del país. Sin embargo, también enfrentaron algunos obstáculos y dificultades, como la discriminación, la explotación, la marginación o la asimilación.

Algunos de los factores que favorecieron la integración de los italianos fueron:

  • La movilidad social, que les permitió ascender en la escala socioeconómica a través del trabajo, el ahorro, la educación y el emprendimiento. Muchos italianos pasaron de ser obreros o peones a ser propietarios, comerciantes, industriales o profesionales.
  • La ciudadanía, que les otorgó derechos civiles y políticos, así como deberes y responsabilidades. Muchos italianos se naturalizaron argentinos, votaron, se afiliaron a partidos políticos o sindicatos, o se postularon a cargos públicos.
  • La educación, que les brindó conocimientos, habilidades y valores para insertarse en la sociedad. Muchos italianos asistieron a las escuelas públicas o privadas, aprendieron el español, se alfabetizaron o se capacitaron profesionalmente.
  • La cultura, que les ofreció espacios de expresión, recreación y pertenencia. Muchos italianos crearon o participaron en instituciones culturales, como teatros, cines, bibliotecas, museos, radios o periódicos.

Algunos de los factores que dificultaron la integración de los italianos fueron:

  • La discriminación, que se basaba en prejuicios étnicos, religiosos o ideológicos contra los inmigrantes. Algunos sectores de la sociedad argentina consideraban a los italianos como inferiores, indeseables o peligrosos.
  • La explotación, que se manifestaba en condiciones laborales injustas, salarios bajos, jornadas extensas o abusos patronales. Algunos empleadores se aprovechaban de la necesidad y la ignorancia de los inmigrantes para someterlos a situaciones de opresión y violencia.
  • La marginación, que se traducía en una falta de acceso a los servicios básicos, como la vivienda, la salud, el transporte o la seguridad. Algunos inmigrantes vivían en condiciones de hacinamiento, insalubridad o pobreza en las zonas periféricas o marginales de las ciudades.
  • La asimilación, que implicaba una pérdida o una renuncia a la identidad y la cultura propias. Algunos inmigrantes se adaptaron tanto a la sociedad argentina que olvidaron o negaron sus orígenes y tradiciones.

La relación de los italianos con otras colectividades inmigrantes y con los nativos fue variada y compleja, dependiendo de factores como la proximidad geográfica, la afinidad cultural, la competencia económica o la solidaridad social. En algunos casos hubo conflictos o rivalidades entre los distintos grupos étnicos por cuestiones territoriales, laborales o políticas. En otros casos hubo cooperación o alianzas entre los distintos grupos étnicos por cuestiones culturales, ideológicas o humanitarias. En muchos casos hubo mestizaje o intercambio entre los distintos grupos étnicos por cuestiones afectivas, familiares o personales.

Aportes culturales de los inmigrantes italianos

Aportes culturales de los inmigrantes italianos

Los inmigrantes italianos aportaron a la cultura argentina una serie de elementos que enriquecieron y diversificaron el patrimonio cultural del país. Estos elementos se manifestaron en diferentes ámbitos y expresiones, que mostraron la creatividad, la originalidad y la vitalidad de la colectividad italiana. Algunos de estos ámbitos y expresiones fueron:

  • El arte, donde los italianos se destacaron como pintores, escultores, arquitectos, músicos, cantantes, actores, directores, escritores, poetas, etc. Algunos ejemplos de artistas italianos o de origen italiano son: Francesco Tamburini, Ernesto de la Cárcova, Benito Quinquela Martín, Lino Enea Spilimbergo, Antonio Berni, Lucio Fontana, Astor Piazzolla, Carlos Gardel, Tita Merello, Niní Marshall, Luis Sandrini, Leopoldo Torre Nilsson, Manuel Puig, Jorge Luis Borges, Alfonsina Storni o Julio Cortázar.
  • La gastronomía, donde los italianos introdujeron o adaptaron platos, ingredientes, recetas y costumbres culinarias que se convirtieron en parte de la cocina argentina. Algunos ejemplos de alimentos o comidas italianas o de origen italiano son: la pizza, la pasta, el risotto, el pollo al horno con papas, las milanesas, las empanadas de carne o jamón y queso, el helado, el tiramisú o el café.
  • La lengua, donde los italianos influyeron en el vocabulario, la pronunciación, la gramática y el uso del español argentino. Algunos ejemplos de palabras o expresiones italianas o de origen italiano son: laburo, fiaca, quilombo, cana, facha, piola, chanta, capo, mina, pibe, che o boludo.
  • La religión, donde los italianos contribuyeron a la difusión y el culto del catolicismo en Argentina. Algunos ejemplos de santos o advocaciones italianas o de origen italiano son: San Cayetano, San Expedito, San Pantaleón, Santa Lucía o la Virgen de Pompeya.
  • El deporte, donde los italianos participaron y se destacaron en diversas disciplinas deportivas en Argentina. Algunos ejemplos de deportes o deportistas italianos o de origen italiano son: el fútbol (con clubes como Boca Juniors o River Plate), el automovilismo (con pilotos como Juan Manuel Fangio o Carlos Reutemann), el ciclismo (con corredores como Remo Pianelli o Juan Carlos Haedo), el boxeo (con púgiles como Luis Ángel Firpo o Carlos Monzón) o el tenis (con jugadores como Guillermo Vilas o Gabriela Sabatini).
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Cómo se organizó la colectividad italiana

¿Cómo se organizó la colectividad italiana en Argentina?

Los inmigrantes italianos se organizaron en Argentina a través de diversas instituciones, asociaciones y medios de comunicación que les permitieron mantener y expresar su cultura e identidad propias. Estas entidades también les sirvieron para defender sus intereses y derechos como colectividad frente a las autoridades y la sociedad argentinas. Algunas de estas entidades fueron:

  • Las mutuales o sociedades de beneficencia, que brindaban asistencia social y económica a los inmigrantes italianos y sus familias. Algunas de estas entidades fueron: la Sociedad Unione e Benevolenza (fundada en 1858), la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos (fundada en 1864) o la Asociación Mutual Israelita Argentina (fundada en 1894).
  • Las escuelas o institutos culturales, que ofrecían educación formal e informal a los inmigrantes italianos y sus descendientes. Algunas de estas entidades fueron: el Colegio Dante Alighieri (fundado en 1896), el Instituto Leonardo da Vinci (fundado en 1909) o el Instituto Italiano de Cultura (fundado en 1950).
  • Los medios de comunicación, que informaban, entretenían y opinaban sobre la actualidad de la colectividad italiana y del país. Algunos de estos medios fueron: el diario La Prensa (fundado en 1869), la revista Caras y Caretas (fundada en 1898) o la radio Splendid (fundada en 1923).
  • Las asociaciones deportivas, que fomentaban la práctica y el espectáculo del deporte entre los inmigrantes italianos y sus descendientes. Algunas de estas asociaciones fueron: el Club Atlético Boca Juniors (fundado en 1905), el Club Atlético River Plate (fundado en 1901) o el Automóvil Club Argentino (fundado en 1904).
  • Las asociaciones políticas, que representaban y defendían los intereses y las ideas de los inmigrantes italianos y sus descendientes. Algunas de estas asociaciones fueron: el Partido Socialista (fundado en 1896), el Partido Radical (fundado en 1891) o el Partido Comunista (fundado en 1918).

La identidad de los inmigrantes italianos y sus descendientes fue compleja y cambiante, ya que se definieron de diferentes maneras según el momento histórico, el contexto social y la situación personal. Algunas de las formas de identificación que adoptaron fueron:

  • La identidad regional, que se basaba en el lugar de origen dentro de Italia, como el Piamonte, la Calabria o la Sicilia. Esta identidad se expresaba a través del dialecto, la gastronomía, las fiestas o las tradiciones propias de cada región.
  • La identidad nacional, que se basaba en el país de origen o de adopción, como Italia o Argentina. Esta identidad se expresaba a través del idioma, la bandera, el himno o los símbolos patrios de cada país.
  • La identidad étnica, que se basaba en el grupo cultural al que se pertenecía, como los italianos o los argentinos. Esta identidad se expresaba a través de los valores, las costumbres, las creencias o las actitudes propias de cada grupo.
  • La identidad híbrida, que se basaba en la combinación o la mezcla de diferentes identidades, como la italo-argentina o la ítalo-española. Esta identidad se expresaba a través de la integración, la adaptación, la innovación o la creatividad.